Por JDL.
El lector impaciente, uno de los blogueros cuyas opiniones sobre comics y literatura son más influyentes en el ámbito de internet, quiso agasajarnos el pasado mes de junio con una estimulante crítica de nuestra novela “El manuscrito de San Florián”.
Señor impaciente, muchas felicidades por su blog, uno de los más visitados por los aficionados al cómic, y muchas gracias por su crítica, que nos anima a continuar en este difícil mundo de la literatura.
Destaco que me ha gustado especialmente el párrafo en el que usted apunta:
“Sin duda, podríamos rastrear algunas influencias en la obra desde “El nombre de la rosa” hasta las novelas policíacas de Agatha Christie o incluso en la desnudez estilística que antepone el qué estoy contando al cómo lo cuento que entronca directamente con clásicos nacionales como Baroja o Clarín que, sospecho, han de ser del agrado de los autores, pero todo ello está mezclado con el suficiente encanto como para despreocuparse y centrarnos en la lectura de las amenas aventuras de la protagonista y sus amigos.”
Reciba pues un afectuoso abrazo y espero tener ocasión de verle muy pronto para disfrutar de su compañía, de su buen humor y, sobre todo, de su motivadora impaciencia.
Para leer la crítica completa pincha aquí.
El lector impaciente, uno de los blogueros cuyas opiniones sobre comics y literatura son más influyentes en el ámbito de internet, quiso agasajarnos el pasado mes de junio con una estimulante crítica de nuestra novela “El manuscrito de San Florián”.
Señor impaciente, muchas felicidades por su blog, uno de los más visitados por los aficionados al cómic, y muchas gracias por su crítica, que nos anima a continuar en este difícil mundo de la literatura.
Destaco que me ha gustado especialmente el párrafo en el que usted apunta:
“Sin duda, podríamos rastrear algunas influencias en la obra desde “El nombre de la rosa” hasta las novelas policíacas de Agatha Christie o incluso en la desnudez estilística que antepone el qué estoy contando al cómo lo cuento que entronca directamente con clásicos nacionales como Baroja o Clarín que, sospecho, han de ser del agrado de los autores, pero todo ello está mezclado con el suficiente encanto como para despreocuparse y centrarnos en la lectura de las amenas aventuras de la protagonista y sus amigos.”
Reciba pues un afectuoso abrazo y espero tener ocasión de verle muy pronto para disfrutar de su compañía, de su buen humor y, sobre todo, de su motivadora impaciencia.
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